Kraken, atrapados en el abismo & Tierra Calma 2015
Qué libro me bebo | Armonía 35
Buenos días mis queridos lectores:
Hoy les traigo una armonía que a priori por la temática puede parecer convulsa. El autor de hoy es L. M. Ariza, conocido por su primera novela, La Sombra del Chamán (2002)
Ariza estudió Biología en la Universidad Complutense y es uno de los periodistas científicos más reconocidos de nuestro país. Es el único español que ha colaborado en medios internacionales de comunicación tan prestigiosos en este campo como la revista Scientific American o New Scientist.
En este Thriller científico hace un guiño a la obra de Julio Verne, uno de los autores más conocidos de la literatura universal por sus obras futuristas, lo que se podría denominar un hombre adelantado a su tiempo.
Nos transporta a una planta petrolífera a la que se ve trasladada la protagonista, Nora Pulaski, tras no poder cumplir su sueño, el de llegar a Marte. Pocas semanas antes del lanzamiento, la NASA prescinde de sus funciones como responsable de la misión robótica que perforará la superficie del Planeta Rojo.
Ella porta la pesada carga de ser la sobrina del conocido científico Robert Pulaski, y llevar su sombra tras ella, siendo el responsable de tal decisión. Fue pionero en la investigación marciana, misteriosamente desaparecido 28 años atrás.
Su pista conduce a Nora hasta el Cantábrico. Allí una conocida multinacional petrolífera esconde bajo ella un descubrimiento de tal magnitud que podría poner fin a la crisis energética de todo el Planeta Tierra.
Nora tendrá que viajar a las profundidades del mar y adentrarse en el misterioso reino de una criatura legendaria en la que Julio Verne se inspiró para escribir la obra magistral 20.000 leguas de viaje submarino, el Kraken.
Cuando Nora descubre el secreto que escondía tan celosamente su tío ya es demasiado tarde; en el abismo, no hay escapatoria…
Les invito a vivir esta trepidante aventura de la mano de un vino de Madrid de Bodegas Tierra Calma, elaborado por Rafael Aguilar y su esposa Elena. He elegido el Tierra Calma Garnacha 2015.
La Historia nos cuenta que la actividad de vitivinicultura de la zona se encuentra registrada desde hace siglos, en la ruta del Císter (siglo XIII). Hay edificados dos monasterios en honor a San Martín de Tours y Santa María de Valdeiglesias (Pelayos de la Presa) y varias iglesias cercando el valle, de ahí el nombre de San Martín de Valdeiglesias, zona limítrofe con Ávila y Toledo, a unos 681 metros de altitud y una población aproximada de 8318 habitantes según el censo de 2018, en plena cuenca del Alberche y frente al Pantano de San Juan.
En 1430, se produjo una revuelta campesina contra el monasterio, hecho que aprovechó Álvaro de Luna, Condestable de Castilla y primado de Juan II, para poner a la localidad bajo su señorío en 1434.
Posee un Castillo fortificado, La Coracera que data del siglo XV, con lo que amplía las propiedades junto a escalona y Cadalso.
De esta época aún quedan vestigios en el modo de cultivo y reparto de propiedades entre los habitantes del municipio, los conocidos minifundios.
De la mano de Rafael Aguilar, propietario de Tierra Calma, recorrí esta singular Bodega situada en el enclave del pantano de San Juan, entre Pelayos de la Presa y San Martín de Valdeiglesias, en la Comunidad de Madrid.
Nos encontramos ante un auténtico viñador, en toda la extensión de la palabra, aspecto que se traslada a la pasión con la que cuenta la historia y los cuidados del viñedo como elemento primordial de un vino.
Tierra Calma cuenta con 18 hectáreas dentro del proyecto de ampliación esta y con la replantación de 5000 nuevas cepas en la parte de la finca dentro del enclave orográfico conocido como» La nava».
El paisaje destaca las impresionantes vistas con las que contará la fachada principal de la bodega hacia la sierra de Gredos, en el perfil de la vertiente conocida como » las cabreras», aspecto que pone en valor el diseño del nuevo proyecto de edificación.
Tierra Calma nace fruto de la amistad de los propietarios Rafael y Elena, y los propietarios de Bodegas TRITIUM.
Esta Bodega familiar intenta recuperar el modo de cultivo tradicional, ecológico y respetando las condiciones de terreno granítico y drenaje propio del subsuelo. Antes de la plantación, y durante el cultivo de estas, se han ido haciendo adaptaciones en la manera de cultivar, dependiendo de la zona y las placas graníticas y profundidad de las mismas.
Haciendo recorrido por la finca para reconocimiento sobre el terreno, comprobé que la escasez de aguas pluviales y la porosidad del suelo característico, están haciendo que la planta comience a sufrir estrés hídrico, ya que la necesidad de lluvia es cada día más patente.
Las plantas autóctonas que podemos encontrar en estos parajes, como enebros, jaras, pinares y otra gran variedad de flores y arbustos, aportan a los vinos de esta bodega la suficiente carga aromática como para aportar una delicada sedosidad a sus vinos y una excelente acidez que los convierten en únicos.
La variedad autóctona de cultivo es la Garnacha, tinta fundamentalmente, aunque los propietarios han decidido plantar también otras variedades como el Albillo Real, ya que las condiciones del terreno le son propicias y es una de las variedades blancas que han hecho famosos a los vinos de Madrid.
Otra de las condiciones adversas a las que se enfrentan cada día estos viñadores es la plaga de conejos que amenazan con devorar cuanto se interpone en su camino, incluyendo las plantas y granos que comienzan a engordar y madurar en cada cepa.
Una de las características de estas viñas es la edad de las plantas. Gran parte son viñas recuperadas de otros propietarios y por ellos muchas de ellas tienen más de 60-80 años. Cada planta da unos 700 gramos de uva y por tanto la calidad del grano sea excelente. Son vinos muy peculiares, de esos que me encanta catalogar como «rarunos», por su peculiaridad en los que queda impreso el carácter y valores de la FAMILIA, como sello identitario de esta casa.
Me cuenta el propietario, que su trayectoria en el mundo del campo comienza casi 30 años atrás en la que fue anterior casa familiar sita en la localidad toledana de Arcicóllar, dentro de la DO. Méntrida. Allí aprende las labores propias del campo en todas sus facetas, incluyendo el manejo de las herramientas propias de las mismas, y todas las etapas para el cultivo de la tierra y la huerta para el suministro propio del hogar. Tanto es así que, en una de las parcelas, encontramos un huerto propio en el que podemos ver tomates, calabacines, pimientos sembrados y cuidados por el mismísimo Rafael.
Una vez de vuelta en la casa, realizamos una cata de las barricas de la cosecha del año donde van comprobando como el vino va cambiando y donde realizan diferentes ensamblajes con el enólogo para ver las proporciones y «fórmulas mágicas», a utilizar en cada embotellado, como si de la receta de una deliciosa tarta de alta pastelería francesa se tratase.
Son vinos con personalidad propia, eso sin duda, y aunque en la zona se hacen grandes vinos, ninguno se parece entre ellos. Esto enriquece a la diversidad de las bodegas y atender a las necesidades y demandas del público cada vez más amplio en el mundo del vino, sea especializado o no.
Vinos que, a mi modo de entender, respetan las condiciones organolépticas de la fruta, aromas, acidez justa que le aportarán longevidad, bien estructurados, frescos, especiados con toques delicadamente balsámicos, en definitiva, equilibrados. Aúnan para mí equilibrio entre la fruta y la tierra. Estas características quedan patentes tanto en nariz como en la boca.
La visita a esta bodega, nos aporta la visión del Bodeguero y su familia, valorar el esfuerzo que están realizando para sacar este proyecto adelante y colocar sus vinos como unos de los más prometedores que esta Comunidad está ofreciendo al mundo. Los nuevos proyectos en exportación, comienzan a dar resultados en Francia, Estados Unidos y algunos otros lugares que este propietario ha querido guardarse para sí ya que una de las características más importantes que posee este matrimonio es el buen hacer y la discreción.
El otro objetivo de la familia es respetar y proteger el entorno, y he podido ser testigo de excepción.
Como ven, un Thriller científico de pura acción que tensiona al lector enganchándolo desde la primera página y un vino equilibrado que nos aporta el sosiego que nos permite disfrutar de la lectura a cada sorbo y de cada puerta que Nora quizás nunca debió abrir.
¿Me acompañan al reino del Kraken?…
Disfruten mis queridos vitivinilectores, la vida está llena de maravillosas historias y estoy dispuesta a descubrirlas cada día con ustedes.
Mañana volveremos a leernos
2 comentarios
Eva., realmente impresionante el trabajo y divulgación de la cultura y vino que con maestría de gran escritora haces en este proyecto que desde luego no puede ser más enriquecedor para los amantes de la buena vida.
Mi reconocimiento y gratitud por ser tan generosa .
Besos.
Muchísimas gracias por tus palabras Rafael, gratificantes y fortalecedoras para trabajar con más ilusión y constancia, si cabe, para mostrar los mejores productos de nuestra tierra, para ver, comer y beber. Seguiremos regalando armonías emocionantes.
Y vosotros continuar cuidando esa tierra de manera tan tradicional y respetando las condiciones de ese terreno tan prolifico.
Mientras pensamos en nuestra siguiente armonía, disfrutaremos el penúltimo sorbo de esta garnacha convertida en Tierrra Calma.
Un fuerte abrazo Rafael.
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