Siglo II a. C. | El Templo de Debod, el antiguo Egipto en Madrid
El Templo de Debod es un templo egipcio que data del siglo II a.C. Un monumento exótico y uno de los grandes tesoros de nuestra ciudad.
Fue un regalo de Egipto a España por su ayuda a salvar los templos de Nubia. Estuvo sumergido y olvidado durante 12 siglos, bajo las aguas del Nilo.
Llegó a España completamente desmontado, el 18 de junio de 1970 e inaugurado oficialmente el 20 de julio de 1972.
Trasladado y reconstruido piedra a piedra, manteniendo su orientación original.
Según la leyenda cuando cae la noche aparece la figura de un gato negro. Para algunos es la reencarnación del rey nubio Adjalamani de Meroe, quien mandó construir la capilla que daría origen al templo. Para otros, el Dios Amón visitando el templo construido en su honor.
Un pedacito del antiguo Egipto en Madrid y uno de los lugares más espectaculares para contemplar una maravillosa puesta de sol. Al atardecer las luces, el agua y el misterio egipcio crean una escena única.
¡No os lo perdáis!



8 comentarios
Que el templo haya estado sumergido 12 siglos en Egipto, y lo podamos disfrutar en el centro de Madrid, no deja de ser un milagro. Un paseo por Rosales, y si tienes mascota un paseo por el parque del Oeste, uno de los más bonitos de Madrid, es el paso previo a ver la puesta de Sol desde el templo y alrededores. Si Ibiza tiene la fama de puestas de Sol, desde el templo, en Madrid, cardamos la lana.
Bien dicho Gonzalo, solo ha faltado añadir: «De Madrid al cielo».
Me encanta la zona. Empecé a ir desde el año pasado. No la conocía. Es una maravilla la zona, la gente, el ocio. El entorno y sus zonas verdes. Totalmente recomendable.
Sí Raúl, es una maravilla y en primavera se supera.
Como todo lo del del Antiguo Egipto, es misterioso y fascinante. Cuando vine por primera vez a Madrid fue uno de los primeros monumentos que visité. No defrauda.
Merece la pena visitarlo. es diferente y espectacular. Consigue un efecto mágico.
Tiene las puestas de sol más bonitas de Madrid. Lo sé porque he trabajado justo enfrente por más de ocho años, y forma parte de mi «paisaje urbano». Una maravilla. Gracias por recordarlo, Verónica
Su puesta de sol es inigualable, gracias Víctor.
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