1934 | Caramelos Paco, una tienda muy dulce.
Caramelos Paco comenzó siendo un pequeño establecimiento de comestibles. Fundado por Francisco Moreno Redondo en 1934, en el número 55 de la calle Toledo, en La Latina.
En la actualidad el negocio sigue regentado por Francisco Moreno Herguido, la tercera generación de Pacos.
En el año 1936 el negocio pasa a especializarse en la venta de caramelos y bombones. Hacía sus elaboraciones en la trastienda y se convirtió en el primer comercio en la capital que se dedicaba exclusivamente a estos productos.
El negocio se amplía con la pequeña sastrería colindante y Francisco Moreno comienza a hacer publicidad a la tienda.
Consistía en irse a las afueras de Madrid acompañado por su hijo. Con una lata llena de alquitrán y una brocha pintaba en las rocas situadas al borde de la carretera el nombre de la tienda: “Caramelos Paco”.
El secreto de su éxito fue el gran surtido de la tienda, su especialización y evolución y cómo no, su hipnótico escaparate lleno de dulces de colores, capaz de asombrar a niños y mayores.
Tanto su interior como su exterior siguen decorados de golosinas.
Un sueño hecho realidad. Un paraíso del dulce.


7 comentarios
Pues sí que debe ser un paraíso para los golosos. Parece una tienda sacada de un cuento, como la casita de chocolate. Seguro que muchos niños se paran en el escaparate.
Niños y adultos, es imposible no mirarlo.
No sé si da más placer probar los caramelos o pasar horas (como hacía yo de niño) pegado a la luna del escaparate, salivando a la vista de tanta golosina. En cualquier caso, todo un clásico del comercio madrileño. Esperemos que no se pierdan estas tiendas. Gracias Verónica por este aporte
Ese escaparate está grabado en mi retina de niño. Era bajar del autobús y pasar por delante de un escaparate lleno de 1000 colores sin que me compraran nada. Ese escaparate si que es el fantástico mundo de la fantasía.
Maravilloso que perdure a través del tiempo una tienda con solera, dedicada al placer tan sencillo como es un caramelo. En este caso, historia viva del siglo XX
Son tiendas que deberían permanecer siempre. Gracias Raúl.
Para los niños era el paraíso.