Modo proactivo
Recursos humanos, una innovación emocionante
La Real Academia de la Lengua Española define a las personas proactivas como “aquellas que toman activamente el control y deciden qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos”.
Hacer es importante, pero hacer de manera activa es la clave. Hacer implica acción y la acción es fundamental para llevar a la meta una misión.
Hoy vamos a exponer cómo la proactividad puede suponer un valor añadido en el ámbito de nuestra empresa de restauración y cómo nos va a permitir mejorar el rendimiento en un momento tan comprometido como el que nos ha tocado gestionar.
La actitud es fundamental para conseguir avanzar en la senda del crecimiento, más importante aún para superar el momento complicado por el que transita la restauración.
Permitan que extrapole la situación de crisis de la hostelería con el conocido ejemplo de un navío en pleno temporal. Una persona reactiva dedicará su tiempo a lamentarse por las duras condiciones meteorológicas mientras el viento lo dirige descontroladamente contra las rocas. Esta es la opción elegida por muchos empresarios en los diferentes estadios de la pandemia. Sin embargo, otros han optado por ser proactivos, cual capitán que analiza la situación y pliega las velas con el objetivo de que el barco se mantenga a flote.
Para estos últimos, la queja no está en su agenda, han analizado las diferentes alternativas que solucionan el problema; han estudiado sus costes estructurales y ajustado su carta para lograr que, aunque se hayan reducido sus ventas, se cubran sus costes. Algunos, nos consta, han obtenido incluso beneficio.
Han pivotado sus objetivos y han dado un nuevo enfoque a su oferta gastronómica, simplificando esta y focalizando en dar bien de comer; que al fin y al cabo es lo que ahora demanda el cliente.
La proactividad ayuda a mantener la calma y ser capaz de controlar las emociones, esto ayuda a pensar en positivo y tener esperanza para superar los obstáculos. A lo mejor no acertamos a la primera, pero si no cometemos errores nunca sabremos como corregirlos.
La constancia del capitán por analizar todas las opciones posibles es fundamental para superar una crisis momentánea, porque es así, no hay crisis que dure siempre; tarde o temprano el temporal cederá y perderá potencia, es entonces cuando nuestra posición será clave para seguir avanzando. Si hemos quedado varados cerca de la orilla será muy difícil que el viento nos ponga en movimiento.
Los cambios no deben suponer un problema, son un claro ejemplo de evolución de una situación que se torna inviable hacia otra más adecuada, pero siempre en función de unos objetivos que hemos analizado con anterioridad. La gestión del cambio en nuestra organización supone beneficios gratificantes:
- Se produce un enfoque en las oportunidades y no en las amenazas.
- Las fortalezas ayudan a superar las debilidades.
- Aumento del beneficio.
- Los clientes percibirán una mejora de nuestra imagen.
- Mejora la eficiencia de nuestro equipo.
¿Qué efecto tiene la proactividad en nuestra empresa?
El equipo valora al líder proactivo y valida su gestión, se generan mejores relaciones, más comprometidas con la misión de la empresa y ganando en eficiencia, por tanto, el rendimiento global aumenta.
Un equipo de sala comprometido y motivado aumentará las ventas.
Un equipo de cocina bien liderado, con una planificación correcta y una oferta gastronómica, es un equipo ganador. En este caso, llegar primero a la meta, es conseguir gestionar correctamente el aprovisionamiento, definir correctamente las fichas de producto y elaborar una buena “mise en place” para tener un servicio de 10.
El mejor de los recursos de que disponemos para conseguir estos objetivos es pensar. Inma Puig, en su libro La revolución emocional, trata el tema del pensamiento y el cuidado de las personas con gran acierto.
Pensar sirve para entender y entender sirve para ver, por tanto, solo podemos ver aquello que somos capaces de entender. Podemos conseguir este objetivo de una manera rápida a través del entendimiento o mediante la empatía de forma lenta.
El 50% de las cosas que suceden en la empresa se ven y se hablan, solo así se pueden cambiar; el resto de lo que sucede no se ve, no se habla, por tanto, es imposible cambiar.
Cuidar es la mejor inversión, la que más trae a cuenta. Si cuidas tienes una persona cuidada, si no cuidas, tienes una persona deteriorada.
La innovación en nuestro sector pasa inexorablemente por cuidar a las personas y trabajar sus emociones.