30/04/2024

Gonzalo Giner & Bodega Veganzones

Gonazalo Giner & Bodega Veganzones

Gonzalo Giner & Bodega Veganzones

Armonía 5 | La visita

Y llegó el día.
El escritor se leyó el vino y el bodeguero se bebió el libro.

La armonía nº 5 se hizo realidad, el escritor pudo sentir el vino con el que se armonizó su libro y el bodeguero logró tocar las manos que hilan historias. Y tuvo lugar el encantamiento, se bebieron libros y leyeron vinos.

qué libro me bebo Las ventanas del cielo & [912]²

Como ven, en Qué libro me bebo, continúan sucediendo acontecimientos interesantes.

Gonzalo Giner, autor de Las ventanas al cielo, el libro de nuestra armonía nº5, visitó las Bodegas Veganzones, donde pudo catar el vino [912]².

La visita

 

Gonazalo Giner & Bodega Veganzones

 

Nuestra compañera Eva Garbar De Lara, experta en análisis sensorial y responsable de la sección Qué Libro Me Bebo, charló con Gonzalo Giner y pudo comprobar las sensaciones de un momento único.

Hoy has conocido las bodegas Veganzones, de la familia Veganzones, donde has probado su más afamado vino, el “912 de altitud”, que armonicé con tu novela Las ventanas del cielo en “Qué libro me bebo”.  ¿Te ha gustado la experiencia?

Primero, quiero felicitarte por tu originalísima iniciativa que reúne dos de las artes humanas más antiguas; la literatura con la viticultura. El arte no es otra cosa que una forma de expresión humana que busca provocar una determinada emoción en los demás. Si la esencia de un libro no es otra que desencadenar emociones en los lectores, ¿qué no hace también un vino, fruto del emocionado y reunido esfuerzo de la madre tierra y del hombre?

Me ha encantado la visita, y sobre todo conocer el sueño de una estupenda familia en pleno páramo castellano, en una tierra sembrada de castillos, bodegas e Historia.

En tu novela, se recrea otro arte, las monumentales vidrieras que tanto llaman la atención cuando entramos en una catedral gótica y vemos sus paredes salpicadas de luz y color. La época que recorres, con Burgos como eje principal en el comercio de lana con el resto de Europa, coincide con la llegada de un nuevo estilo en el arte de los vitrales. ¿Por qué esa mezcla de lanas y vidrieras?

Por un hecho histórico que provocó la trama base de mi novela. A finales del siglo XIV, la reina Isabel de Castilla se propone terminar la construcción de la iglesia de la Cartuja de Miraflores, vecina a Burgos, para recibir en ella los restos de su padre Juan II y su madre Isabel de Portugal. Para embellecer el templo a la altura de sus queridos y regios ocupantes, encarga a un mercader burgalés de lanas, muy famoso en aquella época y con delegación en Flandes, la contratación de un afamado maestro vidriero flamenco para que vista ese templo con las mejores y más espectaculares vidrieras. Hoy día, ese conjunto de vitrales es uno de los mejores ejemplos de aquel estilo flamenco y uno de los mejor conservados en Europa. Como ves, Eva, lanas y vidrios tienen un punto en común en nuestra historia.

.- Gonzalo, como escritor y amante de la cultura del vino, ¿Crees que tiene sentido armonizar vinos y libros?
.-De ser así, ¿Cómo armonizarías Las ventanas del cielo con este maravilloso vino llamado 912 de altitud?

Les encuentro un nexo mucho más que casual. Porque si lo piensas, vino y vitrales son producto de la conjunción de los cuatro elementos básicos: agua, tierra, aire y fuego, que por la época de la novela se pensaba eran los pilares esenciales de cualquier cosa conocida. El vidrio es sílice, tierra, el fuego la moldea después, requerirá agua para vehicular los tintes y aire, que terminará recogiendo la magia de la luz una vez quedan colocadas las vidrieras en sus vanos. El vino es uno de los productos más reconocidos de la tierra, que también necesita agua, aire y sol para crecer, madurar y transformarse en un líquido que enamora y ha enamorado al hombre desde los albores de la civilización.

¿Qué destacarías de la ubicación de las viñas que han dado nombre al 912 de altitud de la bodega Veganzones?

Por razones de mi trabajo veterinario y por haber estudiado la comarca donde se levanta la bodega y esas viñas en particular, durante la documentación de otra de mis novelas, El sanador de caballos, sé que su tierra caliza y seca dio pie a notables canteras y a grandes rebaños de ovejas que pastaban por aquellos páramos. Desde Peñafiel a Cuéllar, tierra de conquista y repoblación, se levantaron monasterios y llegaron pobladores del norte; navarros y viejos castellanos, que supieron sacar jugo de esa tierra, al sur del Duero, poniendo en ella rebaños de merinas y viñedos.

Una vez más, en este matrimonio eventual entre mi novela y el vino 912, surge otro punto en común: las lanas, los merinos, la vida alrededor de un comercio que dio vida y riqueza a esa comarca que hoy sigue teniendo grandes rebaños, ahora de ovejas lecheras, y nuevas viñas que producen otra leche, más roja, desde las propias entrañas de la tierra.

Gonzalo Giner & Bodegas Veganzones

 

Los mejores momentos de la visita:

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